sábado, 15 de septiembre de 2012

Pedals d'Occitània 2012 - Etapa 2/3

La Etapa
Cirès-Bourg d'Oueil-Sost-Esbareich-Mauleón Barousse-Bramevaque-Sacoue-Le Mont-Saint Bertrand de Comminges-Loures Barousse-Barbazan-Les Paloumères-Mont de Galie-St. Pé d'Ardet-Aspet

Datos de Interés
90,6Km.
2550m. de desnivel positivo acumulado.
6h32m.
14,2Km/h de velocidad media
Índice IBP: 173


Perfil de la Etapa










La Crónica
No me cabe más remedio que iniciar la crónica de la segunda etapa de esta aventura, con una anécdota correspondiente a la primera jornada. A veces es frustrante esto de las crónicas... Intentas reflejar todo lo que vives con la máxima precisión y por mucho que te esfuerces, siempre se te queda algo en el tintero.
A veces lo das por bueno, pero es que esto que voy a contar es demasiado divertido como para que quede relegado al ostracismo.
Os pondré en antecedentes... Nuestro amigo Nando acababa de pegarse un galletón bastante majo que además de partirle el soporte del roadbook, le había dejado sendos moratones en brazos y piernas y una momentanea conmoción cerebral que derivó en aturdimiento fatal... Solo así se explica lo que sucedió luego.

Poco después de la galleta, paramos a reponer fuerzas y fue perderle de vista un momento y liarse parda.
Aparece el tío olisqueando unas hojas verdes y nos mira con careto "raro" y dice: "Joder, qué raro huele esta menta..."
Coppino y yo nos miramos con extrañeza pensando para nuestros adentros... "¿Menta?"
A continuación, Nando suelta las hojas y exclama: "¡¡¡Coño, cómo me pica el careto!!!"
Es aquí cuando empezamos a descojonarnos del desgraciado... Efectivamente, amigos... Las hojas de menta que tan raro olían, no eran hojas de menta... Eran... ¡¡¡Ortigas!!!
Jojojojo, cada vez que recuerdo a Nando restregarse las ortigas por los hocicos como si fuera Eau de Toilette Paco Rabanne, hace que me descojone. ¡¡¡Qué grande eres, Nando!!!

Bueno, vamos al lío.
Tras un desayuno correcto en el albergue, nos despedimos del dueño y nos disponemos a afrontar los más de 90Km. que tenemos por delante. El día amanece fresco y todas las predicciones dan lluvia hacia el mediodía.
Retomamos la carretera del día anterior y tras 300 metros de bajada, abandonamos el asfalto, cruzamos un puente y nos topamos con la primera pared del día. Son solo 200 metros pero muy duros y encima nos pillan aun en frío, con lo que llegamos arriba con un buen calentón.
A partir de aquí, singletrack chulísimo con unas vistas magníficas que nos deja en Bourg D'Oueil, lugar donde se encuentra el Hotel Le Sapin Fleuri, punto de control número 2.

Primer senderito del día...
El hotel se encuentra justo al inicio del mítico Port de Bales y que, como ya sucedió en el Portilhon el día anterior, empezamos subiendo por carretera para, posteriormente, seguir hasta la cumbre por pista.
Hacemos los tres juntos el primer kilómetro y medio por asfalto, hasta llegar a la bifurcación hacia el itinerario 12. A partir de aquí, la ruta no tiene pérdida, con lo que cada uno decidimos subir a nuestro ritmo.
El día sigue muy tapado y la niebla es densísima. Esto tiene sus pros y sus contras. Un día soleado te regala unas vistas imponentes, pero te castiga más a nivel físico, mientras que un día fresquito como el que nos había tocado, hacía que rodaras fantástico, pero no veías panorama alguno.
De vez en cuando, me paro para ver por dónde vienen Nando y Coppi y hacerles alguna fotillo para el recuerdo...

Balès castigando a Nando...

Coppi, como pez en el agua. Subidas a ritmo...
Cuando llevamos unos 4Km. de ascensión, llegamos a una bifurcación en la que nos espera el vecino de Cirès. El tío va bien pertrechado de ciclista a la antigua usanza (maillot de lana, por supuesto) y a Nando casi se le saltan las lágrimas cuando ve la burra que cabalga: Una mítica Sunny Revolt, a la que Nando insiste en llamar Sunny ¿¿¿"Revor"???...

Con el mítico "hierro"...
El vecino nos avisa de que nos viene un tramo "durísimo", pero que hay una ruta alternativa en la que se hace un kilómetro de más, pero mucho más llevadero. Nando y Coppi se furrean y se van a rueda del vecino, mientras que yo sigo el track oficial. Efectivamente, me como una rampa dura, pero nada que no hubieran podido superar cualquiera de mis dos compañeros.

Nando, en plena ascensión...
Coppino en su salsa...
Estamos casi arriba y la temperatura ha refrescado bastante, se puede decir que hace hasta un poco de frío.
Todo apunta que vamos a tirar de manguitos en la bajada. Cuando llegamos a los 1850m. dejamos a la derecha el Lac de les Paloumères. Dicho lago se reduce a una miserable charca y que para más inri, está completamente seca. La ganadería empieza a poblar las praderas y cada vez los rebaños de vacas son más numerosos. A veces se mantienen al margen, pero otras, no dudan en invadir la pista, cosa que nos hace extremar la precaución y poner la mejor de nuestras caras, cada vez que nos toca pasar a escasos centímetros de ellas. Ojo a los cuernacos de algún ejemplar...

Ojo al panorama...
¿Será cosa mía o me está mirando mal?
Me río yo del toro Ratón...
Poco más adelante, nuestro invitado ve que nuestro ritmo crucero no es saludable y se despide de nosotros, no sin antes, pinchar y advertirnos de la presencia de ovejas suicidas al inicio de la bajada y de un tramo muy técnico que convendría hacer andando...
Nando decide demarrar y no esperar a nadie, mientras Coppino y yo ultimamos la despedida. Lo que nos queda por delante es terreno favorable en leve bajada que se puede hacer a buen ritmo, hasta que llegamos a una última subida que finaliza en la Cabana d'Hourdouch.

Diréis que no dan ganas de pedalear...
Terreno rodador magnífico...
Y a partir de aquí, diez kilómetros de descenso.
Bastante frío de inicio y visibilidad casi nula debido a la niebla. Una pena, porque con un día despejado, esta bajada es de esas que se pueden coger velocidades de vértigo.
Efectivamente, tal y como había pronosticado el vecino, desaparecen las vacas y entramos en territorio ovejero. Es alucinante ver cómo se encabritan y empiezan a saltar de lado a lado del camino... Pero no una, si no un pelotón entero...
La niebla baja hace que el terreno también esté algo húmedo, razón de más para no jugársela. Nando, sin embargo, sabe que está en territorio favorable para su 29er y la exprime al máximo. Si ya suele bajar rápido por pistas anchas, a lomos de una 29er es casi inalcanzable.
Sin embargo, cuando se trata de "arriesgar de verdad" bajando, la cosa cambia. Llegamos al tramo que el vecino calificó como "bajada infernal". Efectivamente, la bajada tiene mucha miga. No tiene dificultad técnica alguna, ya que los escalones son mínimos, pero la inclinación es brutal. Si a eso le añadimos que el paso es muy estrecho, pues ya os podéis imaginar...
Yo hace tiempo que pronostico que últimamente me crezco en las bajadas y decido jugármela. En cuanto enfilo la bici y empiezo a bajar, veo lo que pasa... Descartado el freno delantero a no ser que quiera salir volando, se trata de llevar todo el peso hacia atrás (para entendernos, con los huevos en la parte trasera del sillín...), apuntar con los talones al suelo y tirar de freno trasero... Por desgracia, el terreno está húmedo y pese a que llevo la rueda trasera bloqueada, esta no frena si no que resbala hacia abajo. En las curvas intento cruzar la bici un poco para frenar, pero cada vez voy más rápido... Cuando ya me entrego a mi suerte y empiezo a buscar con la vista posibles zonas de aterrizaje, llego al final de la bajada y pego un grito que es tanto de satisfacción como de liberación de adrenalina...

Al rato llegar Coppino y Nando, que confiesan no haberlo ni intentado...
Dejada atrás ya la "alta montaña", empieza de nuevo el rosario de senderos alucinantes, que nos llevan hasta Mauleón Barousse.
Senderos muy tupidos donde aprovecho para atacar...
Nando, triunfador a su llegada a Mauleón Barousse
Uno de los reclamos que ofrece Pedals d'Occitània, es que transita por caminos por los que parece que el tiempo no haya pasado y que ofrecen el mismo aspecto medieval que podrían tener siglos atrás.
Pues bien, esto alcanza su máximo esplendor el el tramo que nos espera durante los siguientes kilómetros y más concretamente, cuando dejamos a nuestra derecha los restos de lo que en su día fue el Castillo de Comminges. Se trata de un paso amurallado a ambos lados y terreno empedrado que adornado con hierba y maleza verdosa que crece alrededor. Es un camino que destila medievo y donde si cierras los ojos, casi se puede oír todavía el galopar de caballeros con armadura, condes y plebe que a buen seguro lo poblaron siglos atrás.

Atacando las rampas sin piedad...
Una vez más, la foto empequeñece la belleza del paisaje..

Llevamos unos 30Km. en las piernas y la cosa no pinta mal. Sin embargo, la subida al Col Mortis va a hacer honor a su nombre. 4Km. por asfalto duros, muy duros, de los que hacen pupa, mucha pupa.

Todo empieza en una pista de hierba de esas empinaditas y que te suben las pulsaciones como la prima de riesgo...

Superado el escollo del terreno irregular, pasamos a la parte por asfalto en la que es más fácil encontrar una cadencia apropiada, pero el porcentaje es tan elevado que invita a tomárselo con calma.

Aquí vemos a Coppino negociando prudentemente la curva...
Una vez arriba, estamos a menos de 10Km. de Saint Bertrand de Comminges, tercer punto de control y lugar en el que pararemos a comer.
4Km. de bajada y más senderos hasta llegar a pie de Saint Bertrand. Nos paramos en un cruce en el que a mano derecha hay una pista que llanea y a mano izquierda hay un rampote terrorífico. Corto, pero terrorífico. Tras momentos de duda en los que intentamos convencernos de que no hay que subir el rampote, finalmente el track nos devuelve a la cruda realidad, metemos todo el desarrollo que tenemos y subimos hasta la catedral.

Fuente de recuperación milagrosa tras la subida...
Sendero de aproximación...
Conquistando Saint Bertrand...
Los transeúntes nos miran estupefactos, mientras pedaleamos hacia el control 3 en el Hotel l'Oppidum.
Cuando llegamos a la puerta, resulta estar cerrado... Llamamos a la oficina de Pedals de Foc y nos dicen que no pasa nada, que busquemos algún sitio para comer y que sigamos adelante.
Efectivamente, ya es mediodía y el día está muy tapado, con lo que más vale ir por faena...
Bajamos a la plaza del pueblo y allí damos buena cuenta del plato del día, no sin antes, atender amablemente a una señora con ganas de lucir a una pequeña ardilla. Debía estar muy orgullosa de ella, puesto que la fue paseando por todas las mesas de la terraza, animando a la gente a que la acariciara. No llevaba ninguna gorra para echar monedas, ni la ardilla en cuestión articuló palabra ni se puso a hacer el pino, así que supongo que se trataba solo de "orgullo de mascota".
  
Banner sin Flappy... La atracción del lugar...
Y mientras pedimos el postre, la tragedia...
Tormenta monzónica... Y Coppino se nos viene abajo. Agacha la cabeza, se quita las gafas y empieza a mesarse el cabello. Depresión absoluta, negrura máxima y moral por los suelos...
Le preguntamos: "¿Pero qué te pasa, Coppino?"
Nos da la callada por respuesta. El cansancio acumulado, los más de 40Km. que aún nos quedaban por delante y la manta de agua que estaba cayendo, pudieron con él. Si en ese momento alguno hubiera propuesto hacer noche allí mismo y no seguir adelante, estoy seguro que en aquel pueblecito de la campiña francesa, nuestro amigo habría abrazado al lado oscuro, habría estrenado rodilleras y ya no podríamos llamarle "El Coppino", si no "La Corppiño"... 

Aspecto de la calle al reanudar la marcha...

No fue el caso y decidimos proseguir bajo la lluvia, insisto, bastante fuerte. Nos pusimos los chubasqueros y empezamos a pedalear, en dirección a Loures Barousse y Barbazan. Los primeros kilómetros son llanos y podemos rodar tranquilamente, pero tras dejar atrás Barbazan y coger la pista hacia Le Lac Barbazan, la cosa se pone seria. Un kilómetro al 10% vuelve a recordarnos que aquí cuando la cosa sube, sube de verdad.

Otra foto que no refleja dureza alguna...
Pero si a eso le añadimos que poco más adelante, la subida se convierte en una "zanja central con terreno ciclable embarrado de piedra suelta de poco más de dos palmos a cada lado", pues comprenderéis que todo se complica exponencialmente... Las ruedas pierden tracción, empieza a acumularse el barro, los cambios fallan más de la cuenta, etc.
¿Barro? ¿He dicho "barro"? Mariconadas... Pronto entenderéis por qué...
Por suerte, pronto pasamos a una pista más ancha que sigue subiendo, hasta llegar a un prado que conduce hasta Les Paloumères. Atentos al muñeco de Michelín que nos encontramos cruzando la pradera...

Hulk "Coppino" Hogan, el culturista...
Estamos a las puertas del momentazo (otro más) de la jornada. Los 600 metros más graciosos del día.
Tramo ancho de bajada + Terreno que parecía removido por una máquina + Lluvia copiosa + Restos de lo que parecía una riada = Acumulación paulatina de barro en la bicicleta, que alcanzó tintes dramáticos (ruedas que no giran, bicis que bajan deslizándose, pesos que se triplican...)

Visión general del destrozo...
Detalle de la rueda delantera...
Aspecto del pedalier...
Quitar todo el barro acumulado no fue nada fácil, ya que era muy denso. Tuvimos que utilizar palos para ayudarnos a desprenderlo y aun así nos costó lo nuestro. Volver a poder encajar las zapatillas en los pedales automáticos fue toda una odisea y cuando por fin conseguimos volver a ponernos en marcha, las bicis chirriaban que daba gusto... Y lo peor era que aun nos quedaban 5Km. de terreno ascendente, no excesivamente duro, pero que tras casi 70Km. y en las condiciones en las que nos hallábamos, castigaba de lo lindo... Nando y yo íbamos relativamente bien, pero a Coppino ya se le veía bastante tocadete. Intentábamos animarle diciéndole que lo más duro ya lo habíamos dejado atrás, pero no se dejaba engañar. Sabía que aun nos quedaba una subida larga y un último tramo rompepiernas, con lo que prefería no lanzar las campanas al vuelo e ir paso a paso solventando dificultades.
Tras una peligrosa bajada de piedra suelta, llegamos a Mont de Galie, donde aprovechamos la fuente del pueblo para intentar limpiar aun más las bicis.
Pero no fue hasta St. Pé d'Ardet, donde Nando consiguió dejar la bici como los chorros del oro...

Esta foto reduce el caché de la bici un 30%...
Siguiente objetivo: Col des Ares.
Tan solo 3Km. de subida, pero volvemos a lo de siempre... Rampas muy exigentes y terreno resbaladizo por la lluvia, que se traduce en poca tracción y más esfuerzo. Pero finalizada esta última subida propiamente dicha, tocaba bajar. Y qué mejor zona para bajar que seguir buena parte del recorrido de la Rando d'Or francesa... Eso se traduce en una concatenación de senderos y más senderos de dificultad variada, desde esos que puedes bajar a tumba abierta, hasta aquellos que esconden escalones como precipicios en los que más vale bajarse de la bici.
De nuevo la lluvi iba a jugar un papel fundamental en el devenir de los acontecimientos. Muchos de estos tramos eran de losa y la lluvia los tornaba muy resbaladizos. Ya he dicho antes, que yo iba confiado en mis crecientes ahbilidades bajadoras y que veía claro que tarde o temprano, tocaría sobrevolar algún terraplén...
Y efectivamente, así fue. No es que fuera el tramo excesivamente complicado. Solo bastó no alinear bien la rueda delantera con la trazada correcta, para que la bici patinara de delante. No iba muy rápido, así que pude sacar el pie izquierdo y apoyarlo en el borde izquierdo del sendero... Desgraciadamente, fue apoyar el pie y ceder la tierra que había debajo, con lo que yo también me fui hacia abajo...
Por suerte, un metros más abajo había un tronco que salía de la montaña y quedé sentado encima con las patas colgando. Desgraciadamente, a nadie se nos ocurrió hacerme una foto, cosa que lamento, ya que es una imagen que me hubiera gustado conservar...

Ya abajo, pista asfaltada en dirección a Aspet. Estamos a 9Km. de meta y la cosa ya está hecha. Efectivamente, tras todo lo que nos hemos comido hoy, los continuos sube-baja y el último kilómetro exigente hasta llegar a Le Bois Perche, lugar donde dormiremos hoy, son coser y cantar.

Aspecto del lugar al día siguiente, a punto de irnos...

Le Bois Perche es un complejo que consta de varios edificios en los que practicar todo tipo de deportes, así como habitaciones, sauna, piscina, etc... Allí coincidimos con un equipo francés de fútbol en plena pretemporada y con un cuarteto de ciclistas que también estaba haciendo Pedals d'Occitània, pero en cuatro etapas. Tras limpiar las bicis, cervecitas de rigor y potente cena. Curioso lo del equipo de fútbol... A través de las puertas abiertas de las habitaciones de algunos jugadores, pudimos divisar a gente fumando, botellas de whisky, olor a menta... digo ortigas... digo maría... El día que el C.C. Maco busque nuevos valores para nuevas secciones deportivas, creo que ahí tendríamos una mina...

Como punto y final a esta extensa crónica, dos últimas anécdotas.
Nando, que tras hacerse con el mando de la tele y empezar a hacer zapping en busca de algún canal que informara de La Vuelta, da con una peli pseudo-porno de cortesanas en pelotas e incomprensiblemente, apaga la tele y nos manda a la cama.
Y Coppino, que dolido por tener que irse a dormir sin poderse desfogar con la peli, de camino a las habitaciones, se caga y en lugar de quedarse quieto a la espera de que dejen de picarle los ojos, no duda en meterse en mitad de un grupo de unos diez integrantes del equipo de futbol (con todo el pestazo pegado al culo, evidentemente) y quedarse allí quieto junto a ellos, con la mejor de sus sonrisas en la cara.

Nando y yo enfilamos rápidamente camino a la habitación por si había gresca, pero la cosa no pasó de la mera anécdota y poco después ya estábamos metidos en la cama, mucho más relajados y sabiendo que habíamos superado las dos etapas más duras. Lo del día siguiente prometía ser un homenaje que cerrara a lo grande la magnífica aventura que estábamos viviendo. Porque sufrir, habíamos sufrido de lo lindo (cada uno lo suyo, por supuesto), pero os puedo asegurar que también habíamos disfrutado como enanos.
Y a la última etapa, como veréis en la próxima entrada, tampoco le faltó de nada.

15 comentarios:

Víctor dijo...

Excelente crónica. Lástima que no habiliten esos caminos al tráfico rodado pues tienen muyyy buena pinta... Primer comentario y de un pobre carretero, para que veas Fran.

De un ferviente admirador,

Fran dijo...

En el fondo sois buena gente...

coppi dijo...

grande la cronica con grandes momentos, fue muy dura pero se hizo divertida por todo lo que paso,con paisajes muy guapos, que quizas no pudimos disfrutar del todo por culpa de la niebla y la lluvia

M.A.D. dijo...

JAJAJAJAJA MUY BUENA... entonces nando los mojitos se los toma con ortigas!!! jojojo que lastima no haber podido acompañaros en esta aventura!!!

Vendi dijo...

Que pasada de paisajes!!! Como disfrutasteis. Igual que tu Fran, se nota que te gusta escribir. Gran cronica y grandes fotos!!

Víctor dijo...

Venga va, que el puto guassap de los huevos está acabando con este blog.

eventos Maco dijo...

ya queda poco para la macomida del dia 12!!, que no falte nadie!!

javi gutierrez dijo...

Que pasa mariquitas???
Con unas cronicas tan expectaculares y tan pocos mensajes.
Estais tontos con el "guasa'p"
El desayuno/comida del domingo fantastico.
Yo sere el ultimo en la ruta pero me apunto el primero a desayunos como esos todos los domingos.
¿Hay salida para el grupo "B" el domingo?

PATRÓN dijo...

BUENA CRÓNICA AMIGO FRAN,COMO TE LO CURRAS TE FELICITO.

BUENO SI NO PASA NADA YO SALDRÉ EL SÁBADO AMIGO OJOS ,ESPERO Q SE APUNTE MAS PEÑA .
HORA: 7h40 min EN PUTI
SÁBADO DIA 22

Fincas dinero negro dijo...

Liquida tus deudas!!!!!!!

CABRÓN!!!

Quiero más desayunos dijo...

Hello!!!

Creo que lo tengo chungo para salir mañana... El domingo ok, siempre con almuerzo, quiero cerrar tratos con TT, jojjojojojo!!!

DEcir quien sale el domingo el ruta.

Besos a la ronaldinha!!!!
Os quiero

uno que llegó justito a casa dijo...

Yo esta semana haré bttismo, tengo que practicar la técnica de cara a la semana que viene.

Sin duda alguna, lo mejor del domingo: los cubatas, estamos pillando un nivelazo que no nos conviene, ni para la salud personal, ni para la salud económica.

Coppi dijo...

yo salgo el domingo si la resaca me lo permite , saturday night con le tour,Adan que grande eres apuntandote a la selenika,jo jo que mal lo vamos a pasar, a devastar avituallamientos,y ya llegaremos

yo mañana salgo dijo...

mañana a que hora en pinturas????

Anónimo dijo...

Buena mañana bttera para medir las fuerzas antes de la Selenika. No dispongo de kilometraje, desnivel, ni grafico, solo de la ruta: Terrassa, Can Torres, las Arenas, Can Cadafalch (x el camino tradicional), esplanada del Puig de la Creu, Castellar, Girbau, Font de la Tartana, Matadepera, Can Torrella, Plaza Catalunya, Font del Trunco, Can Guitart, inicio del cami de la Pineda, Els Caus, La Torrota, Les Foradades, Terrassa, culminado, como no con descenso brillante por la trialera de los Madroños. Todo en poco mas de 4:30 horas.